UC - Críticas
| País: USA. |
Interpretación: Leonardo DiCaprio (J. Edgar Hoover), Naomi Watts (Helen Gandy), Armie Hammer (Clyde Tolson), Josh Lucas (Charles Lindbergh), Ed Westwick (agente Smith), Judi Dench (Annie Hoover), Damon Herriman (Bruno), Jeffrey Donovan (Robert Kennedy), Dermot Mulroney (coronel Schwarzkopf), Denis O’Hare (Albert Osborne). |
EL PODER DE LOS SECRETOS
"J. Edgar" es la nueva película del fascinante director Clint Eastwood que versa sobre la figura de otro personaje fascinante e icono de una parte de la sociedad americana como fue J. Edgar Hoover. La película, sin embargo, no es tan fascinante como prometía el material de partida y se desdibuja en un metraje excesivo que busca aglutinar 5 décadas de la Historia de los Estados Unidos, desde el punto de vista central del protagonista. El mayor problema del film, además de la imposibilidad de abarcar tantos sucesos históricos claves en poco más de dos horas, reside en que el guionista no busca hacer un retrtato completo del personaje sino su particular punto de vista sobre él.
A lo largo de su vida, J.Edgar Hoover llegó a ser el hombre más poderoso de Estados Unidos. Durante sus casi 50 años como director del FBI (Oficina Federal de Investigación), no hubo nada que le impidiera proteger a su país. Hoover sobrevivió a ocho presidentes y a tres guerras, luchando contra amenazas reales e inminentes y saltándose las reglas a menudo con el fin de mantener a salvo a sus compatriotas. Sus métodos eran tan despiadados como heroicos, siendo la admiración del mundo su premio más codiciado y a la vez el más difícil de alcanzar. Hoover era un hombre que daba mucha importancia a los secretos, especialmente a los de los demás, y que no temía usar esa información para ejercer autoridad sobre las figuras líderes de la nación.
Por tanto, no se trata de un biopic de la figura de Hoover, un personaje controvertido amado y odiado a partes iguales, que instauró métodos discutibles de control en la seguridad del país, pero que también tenía una mente privilegiada y una visión de modernización de los métodos de control que traspasaron fronteras y forman parte del progreso de nuestra sociedad actual. La película y su retrato del personaje real está emparentada con otro reciente biopic de otro personaje polémico, "La Dama de Hierro" y Margaret Thatcher, ya que en ambas se aborda el relato desde la vejez de los personajes y se basa en sus recuerdos para conformar todos los hechos que acontecieron a su alrededor. En ambos casos, se esquivan las partes más hirientes y se busca humanizar al personaje privado más allá del personaje público.
Leonardo DiCaprio vuelve a estar a la altura de su rol, convertido ya en uno de los actores claves de su generación y de los más camaleónicos pese a que muchos le sigan tachando de tener un físico demasiado aniñado para algunos de los personajes que interpreta. En esta ocasión tendrá que lidiar también con un maquillaje bastante criticado, al igual que sus compañeros de reparto donde sorprende lo increíblemente desaprovechada que está la magnífica Naomi Watts, en un personaje que queda en segundo plano cuando debería haberse abordado con mayor intención. La película es una desapasionada visión de la soledad del personaje ante el poco reconocimiento de sus actos por el pueblo americano y de su presunta homosexualidad vivida en torturado secreto. Todo ello nos muestra a un personaje vulnerable y complejo, pero Eastwood se olvida del ritmo y del interés que pueda despertar la evolución de la trama que termina por ser cansina, profundizando poco en el personaje real y mucho en el ficticio.
